El Cine en casa

(Publicado originalmente en Julio de 2001)
Por: Garabato Jiménez

San Rafael no es un gran pueblo, ni siquiera aparece en los mapas, pero hubo un tiempo en que ante mis ojos de niño, San Rafael era el mejor lugar para vivir, era un lugar mágico.

En especial recuerdo que cuando tenía cuatro o cinco años, los domingos eran esperados con gran excitación, ese día por la tarde y después de comer con la familia, mi padre me llevaba a caminar por la gran avenida de San Rafael, en ese entonces, estaba cubierta de grandes árboles, desde el campo deportivo hasta el seguro social, era un camino fresco, hermoso para cualquiera que lo admirara al atardecer, no como hoy, que sólo una parte conocida como las casas de los ingenieros es la única que conserva un poco esa antigua fachada.

Este camino llevaba a un lugar muy especial para todos aquellos que vivían en el pueblo, te dirigía hacia El Gran Cinema San Rafael, esta era toda una experiencia era un edificio notable, su arquitectura era preciosa, evocaba glamour de un pueblo en desarrollo, recuerdo en especial su gran anuncio luminoso con las películas de ese día y por supuesto el nombre de nuestro pueblo.


Ir al cine de San Rafael era toda una odisea, teníamos que hacer fila para comprar el boleto pero esto no era una molestia, al contrario era grandioso, ahí encontrabas a tus amigos, a familiares y a conocidos de un pueblo pequeño, conversaban los adultos y los niños podíamos juguetear un rato en lo que los papás compraban el boleto, recuerdo que las entradas laterales del edificio eran espectaculares; grandes escaleras, por dentro alfombradito, la taquilla estaba en una columna, era como estar en un lugar europeo.

Una parte de este rito, era darle el boleto a la persona de la entrada y que lo rompiera y te diera tu mitad, la parte de la dulcería era genial, vendían de todo, podías comprarte tortas autenticas, sándwich, tu refresco y por supuesto las básicas palomitas, después de esto, era apresurarse a ganar el balcón, desde ahí se disfrutaban mejor las películas, todo el mundo quería estar en ese lugar que simulaba a un antiguo teatro.

Por fin, el cácaro proyectaba la cinta en una enorme pantalla; Las películas del Domingo eran Godzilla vs. MecaGodzilla y un estreno, nada menos que Tiburón. Dos funciones en una noche, el intermedio entre películas no molestaba, al contrario era un momento de risas, de comentar la película, de ir por mas dulces, de ir al baño.

Al final de la película uno se retiraba con la ilusión de volver el próximo fin de semana y disfrutar de la película anunciada en los intermedios, pero no todo terminaba ahí, a en ese mismo edificio había locales donde sevendían un montón de cosas, en especial recuerdo la Farmacia, la cual contaba con los primeros videojuegos de Atari, esto era lo más novedoso y daban esperanzas a un pueblo de
que el futuro llegaba a su lugar de residencia.

Actualmente el viejo cine esta siendo reconstruido, después del lamentable incendio, ahora otro suceso lamentable se avecina, ese antiguo lugar de sueños será un vil salón de eventos y probablemente un lugar para oficinas de políticos huevones.

Sólo queda el recuerdo de buenas épocas para San Papel, en aquel tiempo las personas de otros pueblos, inclusive Chalco y Ameca venían a disfrutar de una función de cine, en aquel mítico lugar, donde se respiraba un aire de prosperidad, ahora lamentablemente es un pueblo atrasado y decadente.

Comentarios

  1. Hace falta más informacion del cine :S

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  2. hoo yo vivi en san rafael y tengo q hacer un trabajo pero me encanta saber de mipueblo , son tantas cosas q no conosco y me doy cuenta q fuue un gran lugar .

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